"Bajo el viejo roble del veraniego parque juega un niño de cabellos rubios, complexión robusta y oscuros ojos de viva y penetrante mirada. Tiene solo cuatro años, pero viéndole manejar su pala, con la que carga tierra y piedras en una carretilla, que lleva hasta la orilla del estanque, donde construye un castillo, podría muy bien creerse que tiene, por lo menos, dos años más, según la destreza y vigor con la que realiza tales trabajos. Al llegar la hora de la comida, lo llama el jardinero para entrarlo en casa, pero el chico se resiste y se encoleriza.
Aquella es una simple casa señorial o más bien, la casa de un labrador enriquecido. Es de madera y sin ningún adorno. Sólo consta de un piso con cinco ventanas, situado a la mediación de la altura del inmueble, y una planta baja a ras de tierra." de la colección biografías de Emil Ludwig.
Esta, es una magistral interpretación del autor austriaco Emil Ludwig en la cual, se puede apreciar la infancia del gran canciller alemán Otto von Bismarck, un joven aristócrata prusiano nacido en una casa humilde para ser de la nobleza y quien en menos de 20 años logró lo que ningún emperador, aristócrata o noble alemán pudo desde la era de Federico I "Barbarroja". Unificar todos los pequeños imperios alemanes en una sola gran Alemania.
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